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Mostrando entradas de 2016

Two english poems, Jorge Luis Borges (Original y traducción)

 Two english poems I The useless dawn finds me in a deserted streetcorner; I have outlived the night. Nights are proud waves; darkblue topheavy waves laden with all the hues of deep spoil, laden with things unlikely and desirable. Nights have a habit of mysterious gifts and refusals,of things half given away, half withheld,of joys with a dark hemisphere. Nights act that way, I tell you. The surge, that night, left me the customary shreds and odd ends: some hated friends to chat with, music for dreams, and the smoking of bitter ashes. The things my hungry heart has no use for. The big wave brought you. Words, any words, your laughter; and you so lazily and incessantly beautiful. We talked and you have forgotten the words. The shattering dawn finds me in a deserted street of my city. Your profile turned away, the sounds that go to make your name, the lilt of your laughter: these are the illustrious toys you have left me. I turn them over in the dawn, I lose them, I find the

Confidencias, Felipe Benítez Reyes

Como todos los jóvenes yo también he buscado esa luz inquietante que brilla en la aventura. Como todos los jóvenes he arrastrado mis sueños por el fango celeste de la vida nocturna. El alcohol- que seduce- y los cuerpos - que embriagan- me han dado la medida de unos mundos secretos que van ya convirtiéndose en jardines de hastío, y la pasión primera en un jardín de invierno. Todo cansa y aburre. Las manzanas mordidas dejan el gusto amargo de una falsa promesa: su seducción se cumple y de pronto no es nada, consumar un deseo es besar a la niebla. Como todos los jóvenes he apostado al diablo y he vendido mi alma a precio de inexperto; supongo que he perdido la inocencia y la Gloria, pero nunca los jóvenes temimos al Infierno. Y aunque me quede tiempo y aunque el halago equívoco del mundo me sujete, he muerto a las pasiones. Porque todo es un lento bostezo. Y no me importa apostar al fracaso. Como todos los jóvenes.

Sangre joven, Carlos Marzal

Quiero tu sangre joven, que es querer todo lo que la vida aún no ha podido hacerte. De lo que me alimento es de esa inútil sangre esperanzada, de cuanto sé que ignoras hasta hoy, y que más nos valdría que no supieses nunca. De esa manera, por obra de tu sangre, creo en lo que no creo, y olvido lo que sé que te ha de suceder. Quiero esa risa que aún no ha tenido tiempo de hacerse prudente, de pensarse dos veces si reír es celebrar el mundo o lamentar su estado. Envidio el que no hayas vendido ninguna alma al diablo, y que bailes con él a la luz de la luna, a veces, sin conciencia. Juego contigo, porque no sabes las reglas, ni siquiera las de tu propio juego, y mientras las aprendes soy el que ya no soy desde ya no sé cuándo. Quiero la impunidad con que te entregas a la tarea de vivir la vida, sin paz, sin horizonte, sin infierno, que son el argumento de las vidas ajenas. Viéndote hacerlo, se diría que desconozco todo lo que conozco. Así es tu sangre, Ya sabes

Pandémica y celeste - Jaime Gil de Biedma

                                                         quam magnus numerus Libyssae arenae                                                         ................................................................                                                               aut quam sidera multa, cum tacet nox,                                                                          furtiuos hominum uident amores.                                                                                                                       Catulo, VII Imagínate ahora que tú y yo muy tarde ya en la noche hablemos hombre a hombre, finalmente. Imagínatelo, en una de esas noches memorables de rara comunión, con la botella medio vacía, los ceniceros sucios, y después de agotado el tema de la vida. Que te voy a enseñar un corazón, un corazón infiel, desnudo de cintura para abajo, hipócrita lector -mon semblable,-mon frère! Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo qui

Amor sacro y amor profano, Miguel Postigo

Ella es lo etéreo, el alma, el sentimiento sutil, la delicada inteligencia, el callado fluir de la conciencia, el amor, el dolor y el pensamiento. Pero es también la carne, y los olores, y la sangre menstrual, y las riadas del cuerpo, y las palabras jadeadas en la fiebre del coito, y los sudores, y los senos, y el vientre, y la negrura que oculta entre los muslos la fisura que es fuente de placer y de la vida. Carnal, tumultuosa, arrebatada y celeste, intangible, indefinida. El animal y el dios. Ésa es mi amada.

Roberto Juarroz

Callar puede ser una música, una melodía diferente, que se borda con hilos de ausencia sobre el revés de un extraño tejido. La imaginación es la verdadera historia del mundo. La luz presiona hacia abajo. La vida se derrama de pronto por un hilo suelto. Callar puede ser una música o también el vacío ya que hablar es taparlo. O callar puede ser tal vez la música del vacío.

Jose Luis Piquero

Raquel (2) RAQUEL Raquel, ¿qué te ha pasado por la cabeza? Puede que una de esas canciones de niños, tralará, o quizá algo que no dijiste a tiempo y que ahora no recuerdas. Cosas que ponen triste. La tristeza, la Puta, se te ha prendido en las mejillas como una araña. Yo prefiero pensar en ti bailando, en mi casa, no hace mucho de eso, y te aseguro que tu sonrisa era la más bonita de la tierra. Parecías un vaso o una fruta hacia los que se alarga lentamente la mano: algo para aprenderse de memoria. Y sin embargo aquel no era tu sitio, ahora lo sé, en esa desdichada felicidad de quienes lo dan todo y nunca hacen preguntas. Raquel, eras un ángel que follaba y bailaba y bebía cerveza pero los hombres nunca te han tratado muy bien. Lámete esas heridas, nenita, cógeme el teléfono. El veneno del mundo te ha mojado los labios. Sé sencilla. Todos los hombres te desean pero qué flores tan extrañas, ¿no es verdad? Tú y yo sabemos tres o cuatro cosas que dan para v

Victor Peña Dacosta

Antirretrato No soy nada: apenas lo que aparento y, a veces, ni tan siquiera eso: pura fachada sin sustancia de esporádico escritor sin talento que levanta sus días con gomina, se calza la cara de ir al trabajo, bebe un poco y toma alguna pastilla para paliar pequeños dolores cotidianos. Soy lo que soy: apenas algo, una mancha que se oculta a las sombras, un borracho que lee de vez en cuando. Un tonto más entre tantos que siguen con emoción la Liga y frialdad el telediario. Otro hombre de mediana edad temprana que hace tiempo emprendió la cuesta abajo. No soy casi: insisto, existo si acaso. Ya ni Facebook se altera con mis golpes de estado. -- Si esto es un hombre Yo siempre he sido el niño que se aguanta la risa en el segundo banco de la iglesia antes de engullir la hostia consagrada. Un subdelegado votado medio en broma que reclama imparcialidad ante los exámenes. Siempre he sido la mancha en la pared con complejo de rueda de repuesto. El bufón