El grito de Sebastian Cosor





"Caminaba yo por un sendero con dos amigos -el sol se ponía- de repente, el cielo se volvió rojo sangre -Hice una pausa, sintiéndome exhausto, y me apoyé en la valla- había sangre y lenguas de fuego sobre el fiordo negro azulado y la ciudad -mis amigos seguían caminando, y yo me quedé allí temblando de ansiedad - y sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza".
Edvard Munch, 1893

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