Fortuna, 
como la luna 
cambiante, 
siempre creciendo 
y decreciendo; 
detestable vida 
primero oprimes 
y luego alivias 
a tu antojo; 
pobreza 
y poder 
derrites como el hielo. 

Destino monstruoso 
y vacio, 
tu rueda da vueltas, 
perverso, 
vano es el bienestar 
y siempre se disuelve en nada, 
sombrío 
y velado 
me mortificas a mi también; 
ahora por el juego 
traigo mi espalda desnuda 
para tu villanía. 

El Destino está contra mi 
en la salud 
y la virtud, 
empujado 
y lastrado, 
siempre esclavizado. 
A esta hora 
sin demora 
toca las cuerdas vibrantes; 
puesto que el Destino 
derrota al más fuerte, 
¡llorad todos conmigo!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Para Janis Joplin (Poema de Alejandra Pizarnik)

Jose Luis Piquero

La princesa que buscaba marido (Jorge Bucay)