III.

Ese pájaro vino y se contempló en mis ojos
supo que alguna vez
no sé cuándo
había sido yo.
Voló atravesando la noche como un sueño
y su nido hecho con largos mechones de mi pelo
ardió en su vientre.




7.
Cuando al fin
los perros se callen y tras la puerta
el eco de la noche
repita mi nombre, repita mi nombre
hasta el amanecer
me habré reconciliado
con cada una de las apariciones
que la memoria trae impasible



Camila Charry Noriega

Comentarios

Entradas populares de este blog

Para Janis Joplin (Poema de Alejandra Pizarnik)

Jose Luis Piquero

La princesa que buscaba marido (Jorge Bucay)